Editorial

La formación de los arquitectos ¿anarquía o revolución?

The training of architects: anarchy or revolution?

Jorge Nudelman (*)
Universidad de la República, Uruguay
Ana Cravino (**)
Universidad de Buenos Aires, Argentina
María Claudina Blanc (***)
CURDIUR; CIUNR; Universidad Nacional de Rosario, Argentina

A&P continuidad

Universidad Nacional de Rosario, Argentina

ISSN: 2362-6089

ISSN-e: 2362-6097

Periodicidad: Semestral

vol. 9, núm. 17, 2022

aypcontinuidad@fapyd.unr.edu.ar



DOI: https://doi.org/10.35305/23626097v9i17.398

CÓMO CITAR: Nudelman, J.; Cravino, A. y Blanc, M. C. (2022). La formación de los arquitectos ¿anarquía o revolución? A&P Continuidad, 9(17). doi: https://doi.org/10.35305/23626097v9i17.398

Burton Clark (1991) oportunamente definió al sistema universitario como una “anarquía burocratizada”. Anarquía porque los docentes y estudiantes deberían sentir un cierto grado de insatisfacción para intentar transformar la enseñanza, modificar los contenidos, las didácticas y los modos de construir conocimiento compartido. Burocratizada porque la universidad es una institución conservadora y milenaria que se apega a leyes, normativas y reglamentos. La puja entre la innovación y la tradición se da en nuestras casas de estudio. Y en el caso de arquitectura, disciplina poliédrica donde los profesionales al decir de Donald Schön (1992) operan con la incertidumbre, las tensiones se acumulan. Desde este lugar, los artículos que constituyen esta publicación quieren dar cuenta de las transformaciones que afectaron la enseñanza disciplinar, construyendo un relato más o menos completo pero revisable de cómo los acontecimientos singulares se transformaron muchas veces en hitos institucionales o en tradiciones pedagógicas, susceptibles de ser revisados al momento de considerar sus implicaciones actuales.

Este número de A&P Continuidad se enmarca en las celebraciones por los 100 años de la formación en Arquitectura en la provincia de Santa Fe, en la sede Rosario de la Universidad Nacional del Litoral primero (1923-1968) y luego en la Universidad Nacional de Rosario (1968-presente). Por ello, se convocó a reflexionar sobre las instituciones que han llevado adelante esta tarea, principalmente en América Latina. Estas dan cuenta de trayectorias vitales, complejas y heterogéneas, en algunos casos aún poco difundidas y en consonancia con experiencias en todo el mundo. A partir de la red que se teje desde las escuelas de arquitectura –o que confluye en ellas–, es posible individualizar a los distintos actores que han contribuido a construir la institucionalidad de estos espacios de formación, así como identificar una diversidad de matices que dan cuenta de la excepcionalidad de cada experiencia. Atender, además, a la complejidad colectiva de las historias intrauniversitarias y a las relaciones interinstitucionales que colaboran en la formación de los arquitectos habilita a reflexionar con la Historia desde el presente multicultural que nos atraviesa. Quizás es el momento de revisar las historiografías de la arquitectura a la luz de la enseñanza, alternativamente al arte; o la enseñanza, en resonancia con la política. Proponer la enseñanza como centro, en vez de un pecado original conservador al que hay que redimir con la novedad, la creatividad y la originalidad, y aún la revolución. Y a partir de allí imaginar entonces nuevos escenarios de formación, evitando anacronismos y sobresimplificaciones en el análisis de las asimetrías que pudieran existir entre la formación y la realidad profesional.

La notable cantidad de trabajos recibidos dará lugar a la publicación de dos números consecutivos sobre la temática, abriendo para la revista un camino hacia la publicación continua. En la primera sección de este volumen, Reflexiones de maestros, se presenta una síntesis de la introducción del libro Architecture school: three centuries of educating architects in North America. Joan Ockman propone allí una mirada panorámica sobre los contenidos del libro e invita a reflexionar sobre el devenir de la formación en Norteamérica derribando algunos mitos a través de una investigación que trabajó principalmente con documentos de las escuelas e instituciones involucradas en las decisiones sobre la formación de los arquitectos.

La sección Conversaciones propone un diálogo con Juan José Lahuerta sobre el estudiante de arquitectura Antoni Gaudí, donde se despoja al personaje de su aura de genio sobrenatural y demás mitos acumulados por las hagiografías. Gaudí se presenta como un ser talentoso pero terrenal, intelectualmente inquieto pero pragmático, preocupado por la competencia y por destacar como intérprete intelectual de la burguesía catalana del 900. Y esta vocación se presenta en su etapa estudiantil, dentro de una escuela en formación, en la frontera de las Beaux Arts con los maestros de obras.

Para iniciar con el Dossier temático, Carolina Kogan pone en crisis la idea de partido, cuestionando esa vieja concepción idealista, totalizadora, producto de la inspiración del artista que suponía una enseñanza repleta de sobreentendidos. Se describen así las operaciones críticas encaradas por las distintas exploraciones pedagógicas que se dieron dentro y fuera del ámbito institucional en torno a los procesos proyectuales no apriorísticos productores de forma, el posterior giro material del proyecto y el empleo de las herramientas digitales.

El trabajo de Juan Pablo Pekarek se aproxima al tema de esta convocatoria desde la labor de los constructores y de la historia de las técnicas tomando como caso de estudio a Carlos Agote. A partir de su paso por la Escuela Central de Artes y Manufacturas de París se propone una mirada que difiere de aquella construida a partir del sistema Beaux Arts para reflexionar sobre la formación de los ingenieros civiles/ingenieros-constructores en la escuela francesa. El trabajo da cuenta de la heterogeneidad de saberes y prácticas que convergen en el campo de la construcción a través de la trayectoria de Agote; también de las distintas alianzas que tejió mientras estudiaba en Francia y que se visibilizan en las obras construidas posteriormente en Buenos Aires. En los albores del siglo XX “el conocimiento práctico de condiciones de mercado, en la administración de recursos y también en el uso astuto de vínculos comerciales y profesionales” que Agote aportó al medio local propició la colaboración con los arquitectos formados en el sistema Beaux Arts.

Cecilia Parera y Luis Müller nos ponen frente al dilema institucional y sus vaivenes revisando el devenir de la formación de los arquitectos en la provincia de Santa Fe. La propuesta panorámica del artículo, en consonancia con el marco de esta convocatoria de A&P Continuidad, repasa el recorrido institucional de la formación que se inició el 13 de junio de 1923 al crearse la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional del Litoral. Como señalan los autores, al crearse la carrera en Rosario, se suma a la oferta de formación de la Escuela de Arquitectura que venía funcionando en Buenos Aires desde principios de siglo y a la de Córdoba que comenzará a otorgar el título de arquitecto también a partir de 1923. Estas tres escuelas lideraron la enseñanza de la arquitectura hasta fines de la década de 1930 cuando se creó la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán y a partir de ella el Instituto de Arquitectura y Urbanismo en la década siguiente. Será recién en la década de 1950 cuando se multipliquen y diversifiquen la creación de escuelas de arquitectura en consonancia con un plan de creación de universidades por parte del estado nacional. El trabajo deja entrever cómo la formación de los arquitectos se fue independizando de la de los ingenieros hasta lograr autonomía y especificidad disciplinar al tiempo que los acontecimientos políticos que inciden en las políticas universitarias otorgaron la posibilidad de reformar los planes de estudio y renovar las plantas docentes en consonancia con esos cambios.

Un poco más acá en el tiempo, María Eugenia Durante describe la trayectoria de aquellos arquitectos que participaron de diversas instancias disruptivas en la enseñanza durante los primeros años setenta y que debieron exiliarse en México por razones políticas, muchos de los cuales se insertaron, no fácilmente, como docentes e investigadores en universidades de ese país. Esto permite a la autora definir la experiencia del exilio, los mecanismos de inserción, las redes profesionales, las vías de contacto y las experiencias laborales, eludiendo la definición de los exiliados como víctimas, para caracterizarlos como sujetos activos, que asumen acciones de resistencia, subsistencia e integración.

Para cerrar el Dossier, Macarena Paz Barrientos Díaz y Claudio Araneda Gutiérrez exploran, a partir de la voz de veinte docentes y académicos españoles y chilenos, la percepción impresa en ellos –la muestra está conformada en su mayoría por hombres– de los cambios en la estructuras y políticas universitarias que han catalizado hacia el interior de las escuelas de arquitectura desde una mirada actual. En este trabajo la tensión se presenta entre la norma y su ejercicio, articulando el campo disciplinar con el institucional. Los autores presentan sus reflexiones tras comparar las respuestas de sus entrevistados a partir de cuatro dimensiones consideradas como principales vías de análisis para este trabajo: los elementos a favor y en contra presentes en las estructuras universitarias, los cambios en la formación, en el perfil del profesorado y en el de los estudiantes. Entre la mirada macro del problema, que involucra también la preocupación por la masificación de la enseñanza, y la micro que introduce a los estudiantes en tanto a ellos van dirigidos los cambios que se proponen, los autores nos alertan acerca del impacto que los sistemas universitarios tienen en la enseñanza-aprendizaje de la arquitectura.

En la sección Ensayos dos trabajos invitan a reflexionar sobre la temática del número. Josep Muntañola Thornberg analiza el futuro de la formación de los profesionales de la arquitectura. Reflexionando sobre la construcción de conocimiento disciplinar, afirma que el mismo no es ni genético ni determinado por una historia cultural, sino que resulta fruto de una dialogia social que se desarrolla entre el pensamiento crítico individual y la historia cultural colectiva. Por su parte, Pedro Azara pone el acento en el cultivo de la relación clásica de la estética iluminista, entre el objeto y el sujeto, reservando la arquitectura al restringido círculo de lo potencialmente artístico y escindiéndola de la utilidad o la tecnología. Recurriendo a lo esencialmente filosófico, si es posible hoy sostenerlo, la tarea es construir una teoría que asegure, mediante un duro entrenamiento, la fluidez de comunicación entre la obra y la persona, quizás prescindiendo de mediadores, como los críticos y aún su autor.

El Archivo de obra de este número de A&P Continuidad está dedicado a la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil. Su trayectoria se podría pensar comparativamente al de parte de la historia de la escuela de arquitectura, al reflexionar sobre los vaivenes por los que atravesaron ambas instituciones entre mediados de la década de 1950 y mediados de la década de 1970. El registro y recomposición del material gráfico persigue dar cuenta de las tres etapas de construcción del edificio de la Vigil. Estas señalan las tensiones entre el desarrollo de una idea de algunos jóvenes comprometidos con la realidad local y el peligro que esas ideas representaban al ir materializándose. Primero fue solo la construcción de una biblioteca. Luego se añadió el proyecto de una escuela secundaria, una universidad popular con docentes que también compartían las aulas de la universidad nacional, un teatro, observatorio astronómico, museo de ciencias naturales, gimnasio y una unidad administrativa desde donde se gestionaban las múltiples actividades que propiciaba la institución. La tercera etapa contemplaba la construcción de una escuela primaria y la ampliación de la biblioteca original dada la incorporación de una imprenta y el trabajo creciente con las publicaciones enmarcadas en convenios internacionales. Así en el proyecto de unos jóvenes arquitectos que luego conformarán el Departamento de construcciones de la Vigil, la biblioteca original se transformaría en una calle interior que conectaría toda la manzana que se aspiraba a ocupar. El viernes 25 de febrero de 1977 la intervención cívico-militar paralizó todas las actividades que llevaba adelante la Biblioteca Vigil.

Con la casi certeza que se está abriendo en el panorama global un camino de pragmatismo que simplifica el poder cultural de la arquitectura, haciéndola cada día más inocua, pretendemos abrir algunos debates que podríamos llamar de resistencia: las relaciones con la sociedad como un todo, y no solo con sus vectores productivos, o la exploración de las didácticas como dato político, tan devaluadas y mitificadas, al mismo tiempo, que no abandonan la obstinación disciplinar de alternar entre la renovación y la tradición.

Referencias bibliográficas

Clark, B. (1991). El Sistema de Educación Superior Una visión comparativa de la organización académica. Ciudad de México, México: Editorial Nueva Imagen, Universidad Autónoma Metropolitana Azapotzalco.

Schön, D. A. (1992). La formación de profesionales reflexivos. Hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el aprendizaje en las profesiones. Barcelona, España: Paidós

Notas de autor

(*) Jorge Nudelman. Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (UPC), 1986. Doctor por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (UPM), 2013. Profesor titular en Régimen de Dedicación Total en el Instituto de Historia, y adjunto en el Taller Danza, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, UDELAR. Investigador Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores. Ha publicado libros individuales y en colectivo, así como en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Actualmente investiga sobre historia de la enseñanza de la arquitectura.

ORCID: 0000-0001-5734-8348

jnudelma@farq.edu.uy

(**) Ana Cravino. Arquitecta (Universidad de Morón). Profesora Superior Universitaria (UM). Magíster en gestión de proyectos educativos (CAECE). Doctora en Arquitectura (FADU-UBA). Profesora del Taller de Historiografía y del Taller de Tesis y miembro de la comisión académica de la Maestría en Historia y Crítica de la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. Profesora del Laboratorio II del Doctorado en Diseño de la Universidad de Palermo. Investigadora categorizada en el programa de Incentivos del Ministerio de Educación de la Nación, Categoría III. Docente-investigadora de las Universidades de Buenos Aires, Palermo y el ITBA. Autora de numerosas publicaciones en su especialidad.

ORCID: 0000-0002-4770-9274

cravino.ana@gmail.com

(***) María Claudina Blanc. Arquitecta y doctoranda en Arquitectura por la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario. Investigadora adjunta del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario. Coordinadora Editorial de A&P Continuidad. Jefa de Trabajos Prácticos en Historia de la Arquitectura. Codirectora del proyecto “Escuelas públicas históricas de la ciudad de Rosario. Una revisión arquitectónico-pedagógica en clave de justicia espacial”. Campo de investigación actual referido a la historia, teoría y crítica de la enseñanza de la arquitectura en vinculación con el campo profesional y pedagógico.

ORCID: 0000-0003-1017-4525

claudinablanc@gmail.com

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CÓMO CITAR: Nudelman, J.; Cravino, A. y Blanc, M. C. (2022). La formación de los arquitectos ¿anarquía o revolución? A&P Continuidad, 9(17). doi: https://doi.org/10.35305/23626097v9i17.398

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